LA REPÚBLICA CULTURAL DEL PAPEL

Un lugar donde nada tiene precio y todo tiene valor; donde no hay Bourbones, ni Papas, ni corrupción. "Todo para el papel, pero sin el papel!!"

martes, enero 23, 2007

TESTIMONIO: RIDERS ON THE STORM (EX-THE DOORS) EN VALENCIA


Una tarde vimos pegada en una tapia la buena nueva: los Riders on the Storm, un grupo-refrito de The Doors compuesto por los miembros originales Ray Manzarek y Robbie Krieger, el cantante de The Cult Ian Astbury en funciones de Jim Morrison (al que de ahora en adelante llamaremos EL AUSENTE) y algunos segundones de lujo (a los cuales de ahora en adelante ni mencionaremos), actuaban el 14 de enero en el que Greenspace de Heineken (que a partir de ahora llamaremos Grinespeis).

INCISO: si sóis una mezcolanza entre mitómanos y morbosos, observad este vídeo publicado en nuestro blog hace meses sobre el fastasma de Morrison. No os hagáis caquita encima.

En fin,unas leyendas visitaban la ciudad de las falleras y de los metros tercermundistas, así que allá nos fuimos, los ministros de Cultura, Exteriores y un servidor en busca de sensaciones en directo con los dinosaurios del blues psicodélico y brutal. ¡Oh, y por sólo 37 ebros por incauto!¡Regalado, oiga!

Encontrar aparcamiento resultaba algo sencillamente quimérico, pero todo era cuestión de encontrar un descampado en el que no se atrevieran a entrar ni las ratas, y así lo hicimos. El siguiente paso era hacer cola, y el Ayuntamiento de Valencia (coorganizador del evento junto a Heineken) nos agasajó con una chapuza con el sello inconfundible de Godzrita: las puertas se abrieron con una hora de retraso, no sabemos si porque la alcaldesa había acabado con las provisiones de ginebra del local, o porque los viejos rockeros habían sufrido un repentino ataque de gota. La cuestión es que fuera había una cola kilométrica de casi 3.000 abnegadas personas poniéndose a tono para la ocasión, así como unas 6.000 personas intentando vender sudaderas con el jeto dEL AUSENTE a aquellos 3.000.

Una vez dentro, se hizo evidente que el Grinespeis (antigua nave industrial del puerto salvado por el capitalismo para la organización de conciertos) resultaba escaso para albergar a todos los fans, que prácticamente echábamos espumarajos de la impaciencia. Si encendías un cigarro, cosa -teóricamente- prohibida por cierto, lo más probable es que marcaras la nuca del tipo de delante, como si de una res se tratara. Pero valió la pena, ya lo creo.


Finalmente, tras la intro de Carmina Burana, salieron los cracks y abrieron con la canción con la que comenzaban los conciertos hace ya casi 40 años: Roadhouse Blues. Sonaban mejor que nunca. Ian Astbury aporreaba panderetas y magreaba maracas mientras cantaba, y lo cierto es que hizo un papel más que digno, sabiendo escapar a la alargada sombra dEL AUSENTE en la medida de sus posibilidades, aunque su voz sonaba distinta a cuando berreaba en The Cult; supongo que se había adaptado en parte para que a los fans no les resultara demasiado evidente la ausencia del que todos ya sabéis. De hecho el tío se le parecía lo indecible, también físicamente.Así, fueron sonando Five to One, Spanish Caravan, Break on Through (con la locura correspondiente), Touch me, etc.

Pero la actuación de Astbury quedaba un poco en segundo plano, eclipsado como estaba por ese vejete elegante que es Manzarek, obrando milagros a los teclados (milagros que eran correspondidos con veneración por el público), y en menor medida por Krieger a la guitarra, y su parecido con Freddie Krueger en edad senil, y no sólo por el nombre, creedme. Eran ellos. Y estaban en forma,válgame Dios, como demostraron con sus interminables e hipnóticos solos, que alcanzaron su cúspide con When the music's over, ese tema de 1o minutos durante el cual gran parte del público entramos en estado como de trance, tal era la capacidad virguera de esos teclados mágicos. Quizá lo único que se echaba en falta era la sección de metales (saxos, trompetas) que tanto embellecían sus discos de estudio.

Después siguieron la obligada dedicatoria al AUSENTE, la obligada rajada de Bush, al que tacharon de "tarado", y un interludio de guitarra acústica algo excesivo de nuestro momificado amigo Robbie. Siguieron Alabama's Song, L.A. Woman, la propia Riders on the Storm que les da nombre, y ellos siempre técnicamente impecables, los cabrones. Parecía que se iban, jeje, pero no... los silbidos del público pidiendo un bis eran tales que hubieran hecho reaccionar a un autista, y entonces, ¡BUM! la demencia cuando se despidieron con Light my fire. El éxtasis, el acabóse, la panacea...

De este momento tenéis aquí un vídeo de unos 9 minutajos que grabaron unos chavales que estaban delante de nosotros. Impresionante. Cuando acabó todo, nos fuimos retirando en silencio, embajonados. Como si acabáramos de ver a nuestra novia comiéndole la boca a Arévalo, sabiendo que en mucho tiempo no volveríamos a ver un concierto de semejante calidad. Y todo ello, sin EL AUSENTE.

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3 Comentarios, objeciones y controversias:

Anonymous Anónimo dijo...

Ese tio es una mezcla entre Camilo Sesto y Frodo Volsom.

mié ene 24, 07:16:00 p. m. 2007  
Anonymous Anónimo dijo...

Más se me parece a mi

mié ene 24, 07:17:00 p. m. 2007  
Blogger Raquel Bermúdez dijo...

Thanks por linkear mi vídeo. Si estabas detrás de nosotros, entonces soy la que estaba delante tuya grabando? xDD aunq al final opté por escaparme a primeras filas y siguieron grabando my friends. Tengo más grabación, algún día la subiré. Increíble noche, agónica espera, pero maravillosa recompensa.

mié feb 28, 10:49:00 p. m. 2007  

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