SON TUS PERJÚMENES, MUJER

Como es de buen nacido ser agradecido, quiero dedicar este post a Tremolina. No, no se trata de la joya del cine casposo hispano, sino de la bloguera Tremolina, cuyo post sobre el "Top-less" me inspiró para hacer el presente. Además, ha tenido la cortesía de dedicarnos una entrada enterita en su blog, algo por lo cual le estaremos eternamente agradecidos y que la coloca automáticamente en la lista de gente que recibirá un jamón Pata Negra por Navidad. Dicho esto, y sin más preámbulos, vamos a lo que toca.

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Después de un post sobre penes (gracias Fullo, te queremos) era cuestión de tiempo que hiciéramos uno sobre pechos...

El pecho femenino ha tenido a lo largo de la historia diversas concepciones:

En la antigüedad era el significado de la inmortalidad a través de la lactancia

En tiempos del Imperio Romano, las mujeres de la Galia imploraban piedad a los soldados romanos descubriendo sus pechos.

En la Edad Media la iglesia lo sacraliza por un lado (véanse las vírgenes lactantes) y por otro lo condena como una invención diabólica para el "desenfreno sexual".

En la Revolución Francesa, la República es representada por una mujer que descubre uno de sus pechos, "democráticamente", a todos los ciudadanos.

En la Primera Guerra Mundial, también una mujer francesa se yergue desafiante ante un cañón alemán con sus pechos desnudos y erguidos.

En la Segunda Guerra Mundial, en los regimientos aliados pululaban fotos con las stars más exhuberantes de aquellos tiempos para "levantar" la moral de los soldados.

A partir de los años 60 las mujeres se "libran" de los corpiños, mostrando sus senos sin falsas vergüenzas.

Hacia los 70 aparece la industria pornográfica, que exulta más que exalta el seno femenino.

A partir de los años 90 se estandarizan los implantes mamarios, y los pechos femeninos adoptan una nueva dimensión entre la realidad y la ilusión.

Historia aparte, los cierto es que desde siempre, el gran debate ha versado sobre su tamaño. ¿Mejor pechos grandes o mejor pequeños? Aunque hay para todos los gustos, hoy en día se tiene la creencia de que son más atractivos los pechos generosos. ¿Por qué? la respuesta la tienen los "dictadores" de la moda, que desde siempre han impuesto qué es lo que tiene que gustar. Ahora tocan pechos grandes, ahora pequeños, ahora otra vez grandes... y así hasta el infinito. Pero ellos, al igual que nosotros, nos olvidamos una y otra vez de una verdad universal: Que la estética no pasa por los tamaños, sino por la armonía, por la forma.

¡¡MENTIRA!!

Es en este punto donde comienzan a plantearse nuevas cuestiones: ¿cuántas formas de pecho existen? ¿son todas armónicas? ¿que entendemos por un pecho armónico? ¿es necesario que un pecho sea armónico para ser atractivo?

Hay quienes creen haber encontrado el pecho perfecto. Pero esta teoría, a pesar de que se basa en la forma y no en el tamaño, a pesar de tener un sustrato científico, no deja de ser totalmente subjetiva. La perfección no existe, y en todo caso es algo relativo. Hay quienes adoran las formas cuadrangulares del arte abstracto y hay para quienes las redondeces de la pintura clásica no tienen parangón. En los pechos sucede lo mismo.

Ahora mirad esta divertida imagen en la que se comparan los pechos con objetos cotidianos según la forma que presentan.

Después de haberla visto quiero hacer un pequeño estudio sociológico con vosotros. Quiero que me digáis cuáles son, según vuestro criterio o gusto, las formas más atractivas. No hay límite de respuestas, así que no hace falta que hiléis muy fino. Eso si, intentar no dejaros llevar por las tendencias y votad con cabeza.

	Pasas
	Manzanas
	Cerezas
	Limones
	Albaricoques
	Peras
	Papayas
	Saltos de esqui
	Bolsillos de camisa
	Botellas de agua
	Volcanes
	Bolsas de te
	Melones
	Lotos
	Boles de sopa
	Mangos
	Bolas de bowling