Todas las personas guardan algún secreto inconfesable, algo que nunca se atreverían a contar so pena de ser señalados por siempre jamás.
¿Deseas asesinar a tu suegra?
¿En ocasiones te bañas con excrementos?
¿Acudes a las puertas de los colegios para fotografiar a los niños?
¿Formas parte del club de fans de Sara Montiel?
¿Tu perro está cansado de que le avíes el ojete?
¿Coleccionas dentaduras postizas?
Si guardas algún secreto de este tipo, te diré que es una minucia comparado con el mío. Además, a diferencia de tí, yo me he propuesto confesarlo. Vamos allá.
Señoras, señores, Emos... este es mi secreto:
NO SOY HUMANO
Así es, en realidad soy un cyborg modelo MT-137 dotado de una apariencia 100% humana gracias a un chásis endoesquelético (formado en base a una aleación de Acero y Titanio) recubierto por piel viva cultivada y tejido. Fui construido en el año 3602 de nuestra era, mantenido en estado latente durante 40 años, y enviado a la época actual para cumplir una misión cuyo contenido no puedo desvelar.
Ahora, después de estar alucinando durante un buen rato, la mayoria os acabaréis preguntando cómo carajos he llegado a parar aquí... pues bien, os lo explico brevemente:
Después de ocho años en esta época y una vez cumplida mi misión, ya lo tenía todo dispuesto para regresar al futuro, incluso había planeado la muerte de mi "yo ficticio". Pocas semanas antes de mi regreso, unos conocidos me comunicaron que estaban a punto de hacer realidad una de sus descabelladas ideas: fundar una nación. He de reconocer que no le di importancia al asunto, de hecho no asistí al acto fundacional, al cual estaba invitado. Sin embargo el destino fue caprichoso y acabé envuelto en la celebración que siguió a la proclama, la cual se alargó durante semanas. Tan impactado quedé por todo aquel desfase, que cuando aquellos locos visionarios me ofrecieron un cargo en su nuevo país, no tardé ni dos minutos en coger la máquina espacio-temporal, viajar a mi época, y decirles a mis coetáneos que no contaran conmigo (no se lo tomaron muy bien, la verdad).
Han pasado tres años y ahora soy ministro de una nación en expansión, vivo una vida de excesos y tengo a mi cargo a 37 funcionarios que adoran emborracharse en horas de trabajo. Estoy humanizado al 99% y he logrado prescindir casi por completo de mis habilidades especiales. Ahora ya no soy una máquina atrapada en el cuerpo de un hombre, sino un hombre atrapado en el cuerpo de una máquina. Esa es mi verdad.
PD: Si véis a la
cyborg de la foto avisadme urgentemente, pues la han enviado del futuro con la orden de traerme de vuelta. Vivo o muerto.
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