PRIMERA INCURSIÓN EN SEALAND
Harto de tantas amenazas por parte de nuestros indeseables enemigos, los habitantes del Principado de Sealand, y ante la pasividad de las fuerzas militares de nuestra República, vuestro Ministro de Industria y Metal ha decidido entrar en acción.
CRÓNICA
A las 12:15 p.m (Hora local) del día 20 de Enero de 2007, vuestro ministro, haciéndose pasar por el patrón de un pesquero de bandera congoleña, supuestamente afectado por una grave avería, pone los pies sobre la plataforma de Sealand. Recibido inicialmente con claras muestras de hostilidad, pronto se gana la confianza de las autoridades presentes, que se ofrecen a ayudarle en todo lo necesario.
Después de una copiosa comida en la que no falta la Ginebra y otros licores varios, vuestro ministro, con el beneplácito de sus anfitriones, marcha a dar un paseo para visitar, como él les dice, “este lugar tan bello”. Espoleado por el alcohol y por el fuerte deseo de ejecutar un golpe maestro recorre la superficie de la plataforma con los ojos bien abiertos y el paso decidido. Esquivando las miradas inquisitivas de quien se cruza con él, va de un lado a otro, ansioso de encontrar la llave que abrirá la caja de los truenos. Al final de unas angostas escaleras se encuentra de bruces con una gran puerta de hierro entreabierta. Algo le dice que ha encontrado lo que buscaba, así que entra en la estancia sin pensárselo dos veces.
Pero lo que encuentra allí es algo que le perturba de inmediato, algo inenarrable, terrible, repugnante, un verdadero museo de los horrores reflejo de los más bajos instintos humanos…Intentando hacer abstracción de todo lo que hay a su alrededor, lo cual es mejor obviar, vuestro ministro pone sus ojos en un pequeño montón de papeles que reposan sobre una grande y mugrienta mesa. Un rápido vistazo le basta para saber qué se tiene entre manos: Todo parece indicar que se trata de los planos secretos del “Frankostein”, el arma definitiva de nuestros enemigos, un engendro semiartificial producto de la manipulación genética del clon del general Franco (Que como sabemos ha sido creado a partir de células madre del escroto reseco del cadáver del caudillo, profanado por nuestros enemigos en su tumba del Valle de los Caídos).
Ante la magnitud del hallazgo, vuestro ministro decide que ya es suficiente y sale de la estancia a toda velocidad con los planos a buen recaudo. Pero a la salida le espera medio Sealand, o lo que es lo mismo, más de cien personas con los rostros desencajados de rabia y gritando cosas incomprensibles.... De pronto, se ve rodeado por una muchedumbre enfervorecida y armada con palos y cadenas al estilo pandilla del Bronx. Haciendo acopio de valor, toma carrera y embiste al bulto. Aunque no puede evitar el barrazo sobre su cabeza, consigue romper el cerco. Con algunos metros de ventaja sobre sus perseguidores, ensangrentado, se dirige hacia la zona donde se encuentra su barco. Al llegar al borde de la plataforma, no se lo piensa dos veces y salta al agua.
Una lluvia de piedras y balazos le acompaña mientras nada fatigado hacia la proa del pesquero. El casco del barco parece un coladero, y las balas pasan rozándole. La tripulación ha desaparecido, quizás ya estén muertos. Pese a ello, vuestro ministro consigue hacer funcionar la maquinaria y el barco marcha a toda potencia. Cuando este se encuentra a una distancia segura, sale a cubierta y, en un último gesto de provocación, sustituye la bandera del Congo por la de la República del Papel. En ese mismo instante, los gritos provenientes de la plataforma se convierten en bramidos desgarradores, bramidos de un país encolerizado, burlado y herido. Varios cortes de manga son el gesto de despedida de nuestro ministro. Ya no hay vuelta atrás. Es la guerra total.
Puerto de Rotterdam, 21 de enero de 2007
Si, este es el careto del Frankonstein
Etiquetas: Ministerio de Industria y Metal, Oficial
3 Comentarios, objeciones y controversias:
Ministro Alligator, esto bien le puede valer una condecoración.Un pin de Bon Jovi, que sé q le mola?
El ministro preferiría un pin de Ramoncín si puede ser, o en su defecto, uno de Paloma San Basilio.
Joer, me he dejado la vista leyendo las proezas del condecorado ministro. veo la pantalla blanca llena de barras horixontales inexistentes en la realidad.
Jódete Sealand, ni entre todos habeis podido con la heroicidad de nuestro ministro de hierro.
Se preven nuevos ataques en breve...
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