LA REPÚBLICA CULTURAL DEL PAPEL
Un lugar donde nada tiene precio y todo tiene valor; donde no hay Bourbones, ni Papas, ni corrupción. "Todo para el papel, pero sin el papel!!"
martes, enero 30, 2007
sábado, enero 27, 2007
YVES BONNEFOY, OTRO GRAN POETA GABACHO
NOMBRE VERDADERO
Nombraré desierto el castillo que fuiste,
Noche esta voz, ausencia tu rostro,
Y cuando caigas en la tierra estéril
Nombraré nada el relámpago que te condujo.
Morir es un país que amabas. Vengo
Eternamente por tus sombríos senderos
Destruí tu deseo, tu forma, tu recuerdo,
Soy tu enemigo que no tendrá piedad.
Te diré guerra y tomaré
De ti las libertades de la guerra y tendré
En mis manos tu rostro oscuro y trabajado,
En mi corazón este país que ilumina la tormenta.
Yves Bonnefoy
Etiquetas: Comandancia de las fuerzas terrestres, Literatura, Política y Sociedad
PRIMERA INCURSIÓN EN SEALAND
A las 12:15 p.m (Hora local) del día 20 de Enero de 2007, vuestro ministro, haciéndose pasar por el patrón de un pesquero de bandera congoleña, supuestamente afectado por una grave avería, pone los pies sobre la plataforma de Sealand. Recibido inicialmente con claras muestras de hostilidad, pronto se gana la confianza de las autoridades presentes, que se ofrecen a ayudarle en todo lo necesario.
Después de una copiosa comida en la que no falta la Ginebra y otros licores varios, vuestro ministro, con el beneplácito de sus anfitriones, marcha a dar un paseo para visitar, como él les dice, “este lugar tan bello”. Espoleado por el alcohol y por el fuerte deseo de ejecutar un golpe maestro recorre la superficie de la plataforma con los ojos bien abiertos y el paso decidido. Esquivando las miradas inquisitivas de quien se cruza con él, va de un lado a otro, ansioso de encontrar la llave que abrirá la caja de los truenos. Al final de unas angostas escaleras se encuentra de bruces con una gran puerta de hierro entreabierta. Algo le dice que ha encontrado lo que buscaba, así que entra en la estancia sin pensárselo dos veces.
Pero lo que encuentra allí es algo que le perturba de inmediato, algo inenarrable, terrible, repugnante, un verdadero museo de los horrores reflejo de los más bajos instintos humanos…Intentando hacer abstracción de todo lo que hay a su alrededor, lo cual es mejor obviar, vuestro ministro pone sus ojos en un pequeño montón de papeles que reposan sobre una grande y mugrienta mesa. Un rápido vistazo le basta para saber qué se tiene entre manos: Todo parece indicar que se trata de los planos secretos del “Frankostein”, el arma definitiva de nuestros enemigos, un engendro semiartificial producto de la manipulación genética del clon del general Franco (Que como sabemos ha sido creado a partir de células madre del escroto reseco del cadáver del caudillo, profanado por nuestros enemigos en su tumba del Valle de los Caídos).
Ante la magnitud del hallazgo, vuestro ministro decide que ya es suficiente y sale de la estancia a toda velocidad con los planos a buen recaudo. Pero a la salida le espera medio Sealand, o lo que es lo mismo, más de cien personas con los rostros desencajados de rabia y gritando cosas incomprensibles.... De pronto, se ve rodeado por una muchedumbre enfervorecida y armada con palos y cadenas al estilo pandilla del Bronx. Haciendo acopio de valor, toma carrera y embiste al bulto. Aunque no puede evitar el barrazo sobre su cabeza, consigue romper el cerco. Con algunos metros de ventaja sobre sus perseguidores, ensangrentado, se dirige hacia la zona donde se encuentra su barco. Al llegar al borde de la plataforma, no se lo piensa dos veces y salta al agua.
Una lluvia de piedras y balazos le acompaña mientras nada fatigado hacia la proa del pesquero. El casco del barco parece un coladero, y las balas pasan rozándole. La tripulación ha desaparecido, quizás ya estén muertos. Pese a ello, vuestro ministro consigue hacer funcionar la maquinaria y el barco marcha a toda potencia. Cuando este se encuentra a una distancia segura, sale a cubierta y, en un último gesto de provocación, sustituye la bandera del Congo por la de la República del Papel. En ese mismo instante, los gritos provenientes de la plataforma se convierten en bramidos desgarradores, bramidos de un país encolerizado, burlado y herido. Varios cortes de manga son el gesto de despedida de nuestro ministro. Ya no hay vuelta atrás. Es la guerra total.
Puerto de Rotterdam, 21 de enero de 2007
Si, este es el careto del Frankonstein
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miércoles, enero 24, 2007
La filosofía del ratón malauva
Etiquetas: Humor Gráfico, Humor y Frikadas, Ministerio de Industria y Metal, Ministerio de Trabajo
martes, enero 23, 2007
TESTIMONIO: RIDERS ON THE STORM (EX-THE DOORS) EN VALENCIA
Una tarde vimos pegada en una tapia la buena nueva: los Riders on the Storm, un grupo-refrito de The Doors compuesto por los miembros originales Ray Manzarek y Robbie Krieger, el cantante de The Cult Ian Astbury en funciones de Jim Morrison (al que de ahora en adelante llamaremos EL AUSENTE) y algunos segundones de lujo (a los cuales de ahora en adelante ni mencionaremos), actuaban el 14 de enero en el que Greenspace de Heineken (que a partir de ahora llamaremos Grinespeis).
INCISO: si sóis una mezcolanza entre mitómanos y morbosos, observad este vídeo publicado en nuestro blog hace meses sobre el fastasma de Morrison. No os hagáis caquita encima.
En fin,unas leyendas visitaban la ciudad de las falleras y de los metros tercermundistas, así que allá nos fuimos, los ministros de Cultura, Exteriores y un servidor en busca de sensaciones en directo con los dinosaurios del blues psicodélico y brutal. ¡Oh, y por sólo 37 ebros por incauto!¡Regalado, oiga!
Encontrar aparcamiento resultaba algo sencillamente quimérico, pero todo era cuestión de encontrar un descampado en el que no se atrevieran a entrar ni las ratas, y así lo hicimos. El siguiente paso era hacer cola, y el Ayuntamiento de Valencia (coorganizador del evento junto a Heineken) nos agasajó con una chapuza con el sello inconfundible de Godzrita: las puertas se abrieron con una hora de retraso, no sabemos si porque la alcaldesa había acabado con las provisiones de ginebra del local, o porque los viejos rockeros habían sufrido un repentino ataque de gota. La cuestión es que fuera había una cola kilométrica de casi 3.000 abnegadas personas poniéndose a tono para la ocasión, así como unas 6.000 personas intentando vender sudaderas con el jeto dEL AUSENTE a aquellos 3.000.
Una vez dentro, se hizo evidente que el Grinespeis (antigua nave industrial del puerto salvado por el capitalismo para la organización de conciertos) resultaba escaso para albergar a todos los fans, que prácticamente echábamos espumarajos de la impaciencia. Si encendías un cigarro, cosa -teóricamente- prohibida por cierto, lo más probable es que marcaras la nuca del tipo de delante, como si de una res se tratara. Pero valió la pena, ya lo creo.
Finalmente, tras la intro de Carmina Burana, salieron los cracks y abrieron con la canción con la que comenzaban los conciertos hace ya casi 40 años: Roadhouse Blues. Sonaban mejor que nunca. Ian Astbury aporreaba panderetas y magreaba maracas mientras cantaba, y lo cierto es que hizo un papel más que digno, sabiendo escapar a la alargada sombra dEL AUSENTE en la medida de sus posibilidades, aunque su voz sonaba distinta a cuando berreaba en The Cult; supongo que se había adaptado en parte para que a los fans no les resultara demasiado evidente la ausencia del que todos ya sabéis. De hecho el tío se le parecía lo indecible, también físicamente.Así, fueron sonando Five to One, Spanish Caravan, Break on Through (con la locura correspondiente), Touch me, etc.
Pero la actuación de Astbury quedaba un poco en segundo plano, eclipsado como estaba por ese vejete elegante que es Manzarek, obrando milagros a los teclados (milagros que eran correspondidos con veneración por el público), y en menor medida por Krieger a la guitarra, y su parecido con Freddie Krueger en edad senil, y no sólo por el nombre, creedme. Eran ellos. Y estaban en forma,válgame Dios, como demostraron con sus interminables e hipnóticos solos, que alcanzaron su cúspide con When the music's over, ese tema de 1o minutos durante el cual gran parte del público entramos en estado como de trance, tal era la capacidad virguera de esos teclados mágicos. Quizá lo único que se echaba en falta era la sección de metales (saxos, trompetas) que tanto embellecían sus discos de estudio.
Después siguieron la obligada dedicatoria al AUSENTE, la obligada rajada de Bush, al que tacharon de "tarado", y un interludio de guitarra acústica algo excesivo de nuestro momificado amigo Robbie. Siguieron Alabama's Song, L.A. Woman, la propia Riders on the Storm que les da nombre, y ellos siempre técnicamente impecables, los cabrones. Parecía que se iban, jeje, pero no... los silbidos del público pidiendo un bis eran tales que hubieran hecho reaccionar a un autista, y entonces, ¡BUM! la demencia cuando se despidieron con Light my fire. El éxtasis, el acabóse, la panacea...
De este momento tenéis aquí un vídeo de unos 9 minutajos que grabaron unos chavales que estaban delante de nosotros. Impresionante. Cuando acabó todo, nos fuimos retirando en silencio, embajonados. Como si acabáramos de ver a nuestra novia comiéndole la boca a Arévalo, sabiendo que en mucho tiempo no volveríamos a ver un concierto de semejante calidad. Y todo ello, sin EL AUSENTE.
Etiquetas: Comandancia de las fuerzas terrestres, Música
sábado, enero 20, 2007
MÁS POEMAS UNDERGRÚN: HENRI MICHAUX
ENIGMAS
(II)
Y mi madre me despertaba siempre que se le ocurría pensar en Monsieur de Riez.
Al mismo tiempo, encontrábanse a veces despiertos otros fetos, de madres apaleadas o alcohólicas, o que estaban ocupadas en el confesionario.
Fuimos así, una noche, setenta fetos que conversábamos de vientre a vientre, no me puedo explicar bien por qué medios ni a qué distancia.
Después, no nos volvimos a encontrar más.
Henri Michaux
Etiquetas: Comandancia de las fuerzas terrestres, Literatura