En el país vecino están que no cagan con su familia real. Ya no les basta con lamerles el culo día sí y otro también, no les basta con denunciar a todos aquellos que difamen a alguno de sus miembros, no les basta con encubrir sus trapicheos, no les basta con escribirles libros, no les basta con pagarles Yates, comilonas y limusinas, no les basta con aplaudirles cada vez que alguno de ellos abre la boca para decir alguna estupidez...
Ahora lo último es hacer muñecos de las infantas y venderlos a precio de caviar. Así es, una empresa juguetera de Onil (Alicante) acaba de producir una edición limitada de la Muñeca Leonor, a imagen y semejanza de la Infanta Leonor, la hija mayor de los príncipes Cerdipe y Feticia. Esta réplica lleva el uniforme del colegio - de pago, por supuesto - al que va la niña: falda, polo blanco y chaqueta azul marino. Aquí la tenéis:
¿Os gusta? si, ya lo sé, a mi tampoco. Pero no dudéis de que aquí hay negocio. Es casi seguro que la empresa esta se acaba forrando a costa de la legión de lameculos reales.
Ahora abro un pequeño paréntesis para contaros una cosa que casi nadie sabe. Resulta que los primeros en hacer una muñeca de la infanta no fueron estos tipos. Hace un año, un empresario juguetero de Calatrava del Buñuelo (Extremadura) ya lo hizo:
Claro que el hombre no disponía de demasiado presupuesto, ni de demasiado gusto, ni siquiera de la licencia de la Casa Real. Bautizada como Muñeca Leónidas, con un escudo pirata de la Casa Real en el pecho (nunca mejor dicho lo de pirata), vestida a la moda decimonónica y con un tono de piel propio de 10 sesiones de rayos uva, la muñeca aquella tenía más pinta de Stripper del Bagdad que de Infanta Real. Obviamente la cosa no cuajó, y sólo se lograron vender diez ejemplares a un feriante que las acabó utilizando como muñecas chochonas. Triste.
Pero volvamos a la Muñeca Leonor. Resulta que en la República, desde que tuvimos constancia de su existencia, quisimos hacernos con un ejemplar. Dudábamos entre comprarlo o sustraerlo, pero al final se impuso la cordura y acabamos haciendo lo segundo (cuesta 50 euracos, y con eso tenemos 20 nenucos de palo en los chinos). Una vez estuvo en nuestras manos, los ingenieros del Ministerio de Ciencia procedieron a examinarla. Creíamos que había algo oscuro en la muñeca y queríamos descubrirlo. No nos equivocábamos:
1- Está construida con PVC, el cual presenta una alta concentración de agentes tóxicos: Cadmio, Ftano, Plomo, Dioxinas... algunos de ellos 100% cancerígenos.
2- La muñeca puede hablar, pero no dice lo típico de pipí, caca, mamá, sino que eructa y grita como una loca. También dice Viva el Rey, pero no con voz de niña de 3 años, sino con voz de camionero.
3- No lleva bragas (¡¡guarra!!)
Pero lo peor de todo fue descubir que al repetir diez veces seguidas la palabra "Marichalar", la muñeca acaba explotando. Esto es todo lo que quedó de la muñeca Leonor:
Por el momento, nuestras investigaciones con respecto a la muñeca han quedado paralizadas. Mientras conseguimos un nuevo ejemplar, hemos comenzado a investigar con otro siniestro muñeco. Se trata del Muñeco Ratzinger, un muñeco que representa al infame Papa Ratzinger. Al menos eso es lo que nos han dicho, porque el cabrón más que parecerse al Papa Ratzinger, se parece a Ratzinger de niño tomando la comunión. Y si no mirad:
Seguro que antes o después acabamos descubriendo algo terrible de este muñeco. Os mantendremos informados.
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