NIÑOS, NO ESTUDIÉIS: HACEROS RAVEROS (1ª ENTREGA).: Viaje al Fin de la Noche del Antifib

Notable fue, a fe mía, la aventurilla por esos mundos antifibers de Dios. La noche era prometedora: tras un emotivo reencuentro entre el Comandante de las Fuerzas Aéreas, el Ministro de Exteriores y un servidor, tomamos la determinación de improvisar una incursión terrestre con cobertura de artillería por las zonas colindantes al FIB. Para ser breve y no aburrir a las ovejas con el relato de libaciones y tejemanejes previos que se dan por supuestos en la noche de un sabbath, os diré que llegamos en bus a las puertas de aquel recinto infernal a eso de las 3 de la mañana pasadas, sin ningún plan alternativo en lontananza... bien,bien... a unas horas en las que de normal comienza el declive físico, enmedio de la montaña, con la botella de tintorro en reserva y con perspectivas casi nulas de hallar una fiestecilla en condiciones por aquellos andurriales...

De repente, no obstante, un tipo de mirada perdida, andrajoso aspecto y dificultosa dicción nos dijo alguna incongruencia que no recuerdo por motivos obvios. Seguimos nuestro camino, pero aquel ser entrañable y solitario que debía llevar lustros sin pegar ojo, nos seguía a unos dos metros de distancia, con una fidelidad y una fe ciega inimaginables. No había duda: aquel era un gran hombre, así que decidimos adoptarlo para el resto de nuestra expedición hacia la nada, por lo que pudiera pasar.

Finalmente, tras una pequeña caminata sin rumbo fijo en dirección a la espesura de la montaña, y dos o tres controles picoléticos más tarde, descubrimos con gran alborozo un oasis ravero enmedio de aquella diáspora de gente perdida que pulula por los alrededores del Festival. En efecto: gente sudada, apelotonada y buenrrollera, electronismo puro y duro a tutiplén y una visibilidad de cero patatero. O eso era una rave, o Sodoma y Gomorra transplantado en un minúsculo entrante de las sierra castellonense. Decididos, con la sed y el yaqueestamosaquí como principales motivaciones, nos adentramos en el meollo de la cuestión, y empezaba así un interesante período en el que se daban la mano el nihilismo, el absurdo y el desquicie.

Nuestro nuevo amigo, que resultó llamarse DAVID MOTA, oriundo de Guadalajara, integróse sin problemas en nuestro grupúsculo, que comenzaba a acusar un estado de catatonia similar al suyo. El bueno de David, después de haberse desplomado inconsciente en un par de ocasiones sobre unas chicas a las que doblaba en peso y pedal, se hizo acreedor de la titularidad de un Ministerio que recibió con visible entusiasmo (?). Como lo oís, desde este preciso momento contamos en nuestra República con un nuevo MINISTRO DE CICLISMO (a petición suya), al cual podemos ver en la foto con un encendido color de piel e imitando la llamada al apareamiento del perezoso, poco antes de aceptar el cargo, en uno de los momentos cumbres de la aventura, con el maravilloso chundachunda elevándose sobre tan idílico lugar.

Desgraciadamente, después de una extensa parte de la noche (y de la mañana) sobre la que correremos un tupido velo por superávit de pupilas, y ya de regreso a casa a eso de las 9'30, perdimos a nuestro gurú, al que había sido el alma de la fiesta sin apenas ser consciente de ello: lo perdimos entre los naranjos de los caminales que rodeaban el FIB, cosa imperdonable por nuestra parte. Por eso desde aquí quiero hacer, en mi nombre y en el de mis compañeros, un llamamiento: David, si sigues con vida y lees este artículo, ponte en contacto con nosotros, toma posesión de tu cargo, dinos algo, que te llevamos muy adentro, DAVID MOTA DE GUADALAJARA, o si alguien conoce a este tipo que nos diga algo, nos hallamos francamente preocupados por él.

LARGA VIDA A LA MUERTE!